Después de un promisorio y tesonero año lleno de actuaciones y de trabajo en directo, el grupo de jazz fusión edita su primer álbum grabado durante un show en vivo en Sala Master.
Después de un promisorio y tesonero año lleno de actuaciones y de trabajo en directo, el grupo de jazz fusión, Fusión Judá edita su primer álbum compuesto de un set de temas, todos originales y grabados durante un show en vivo en Sala Master en mayo de este año.
Por tratarse de una grabación en directo el sonido peca de cierta falta de espacialidad y de densidad que aliviana un poco el timbre de la música del grupo y le hace perder corporeidad a la entrega. Hecho que también se nota en la mezcla, ya que la mayoría de los instrumentos están situados muy al centro del canal auditivo lo cual no alcanza para apreciar ciertos matices de ejecución y de textura.
Pero más allá de estos detalles de producción lo cierto es que la música de Fusión Judá es una refrescante propuesta que viene a sumar un buen aporte a lo realizado por los jazzeros de la escena local. Lo mejor se alcanza en los momentos donde el grupo articula una síntesis de elementos de jazz electrónico con ritmos y estructuras de la música folk latinoamericana. Fusión Judá logra momentos de gran intensidad y dinámica en temas como “Nuevo Día”, “Así es la Vida”, “Ofrenda” o “Chile 1823”. Donde la amalgama de elementos latinos se conjuga de buena manera con las posibilidades que brinda el arsenal electrónico, destacando las intervenciones de Dany Montecinos en saxo, Felipe Vasconcelos en los teclados y de Enrique Vasconcelos en la guitarra eléctrica y aerófonos andinos.
Un poco menor es el nivel de temas como “Sígueme”, “Bienvenido a mi Vida”, “Viento Recio” o “Mano de Dios” que sin caer en la monotonía no alcanzan el brillo de los tracks mencionados en primer término. Los temas mencionados en primer lugar constituyen una clara visión del empuje y vigor que la música de proyección folklórica puede alcanzar si es abordada desde el sentido de la música urbana y tecnologizada como es el jazz.
En esos momentos de impensada conexión es donde el grupo alcanza lo mejor de su repertorio y de su expresividad.
Creemos que estamos ante un grupo que de seguir por el camino que han elegido nos puede deparar hermosas sorpresas a futuro. El nivel ejecutante de sus músicos es eficaz y profesional. Y el trabajo que exhiben dentro del orden de composición indica oficio y conocimiento en el armado de las armonías y texturas con el resto de los músicos: Lucas Flores en bajo, Daniel Trujillo en batería y Juan Montecinos en flauta traversa y percusiones.
Quizás si lo más original del grupo resida en el asomo espiritual que sugieren algunos temas inspirados seguramente por la opción religiosa de algunos de sus integrantes, pues en temas como “Sublime Gracia” y el track que da título al álbum se aprecia claramente un fervor interior que alcanza una especial emotividad.
Estamos ante otra banda que realiza su trabajo en el terreno de la música independiente y que se suma a lo hecho por otras bandas nacionales de fusión latina y jazz como Pedroband, Entrama o La Marraqueta sumando empuje y buen nivel. Disciplinados y conscientes de lo que buscan, Fusión Judá puede erigirse como un referente a la hora del recuento del año en un ámbito que por lo general, los periodistas de los medios escritos y audiovisuales omiten, cuál es el del jazz chileno.